OBSERVAÇÃO :
As três matérias abaixo comprovam cientificamente, MAIS UMA VEZ, que o problema da nossa humanidade e sobretudo das nossas elites econômicas e governamentais,mas também de cada um de nós, É MORAL!!!
É inacreditável e inaceitável que todos nós
estejamos escolhendo sistematicamente a irresponsabilidade e o egoismo de simplesmente deixar a comida estragar e matar de fome nossos irmãos humanos planeta a fora,além de representar também um forte ato de destruição ambiental suicída!!! ESTAMOS TODOS EM FLAGRANTE DELITO DE CRIME LESA HUMANIDADE!!!
Por favor leiam com bastante cuidado os textos abaixo e divulguem em todas mídias sociais que tiverem acesso com urgência,temos que trabalhar para acordar e mobilizar a humanidade, e convocar as elites econômicas e governamentais à responsabilidade. Façamos um planejamento preciso (calorias e valor nutricional) e só compremos aquilo que realmente precisamos e vamos comer;pratiquemos assim a verdadeira cidadania,consideração e amor ao próximo. SEJAMOS CONSCIENTES DE NOSSOS ATOS E EVOLUAMOS!!!
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Metade da comida do mundo vai parar no lixo, diz relatório
Um relatório de uma organização britânica indica que até metade de toda a comida produzida a cada ano no mundo, ou cerca de dois bilhões de toneladas, vão parar no lixo.
O documento, intitulado Global Food; Waste not, Want not ("Alimentos Globais; Não Desperdice, Não Fique Sem", em tradução livre), diz que o desperdício está ocorrendo devido a uma série de motivos, entre eles as condições inadequadas de armazenamento,consumidores que compram sem necessidade e a adoção de prazos de validade demasiadamente rigorosos.
Outro problema é a preferência dos consumidores por alimentos com um formato ou cor específicos. O estudo diz que até 30% das frutas, verduras e legumes plantados na Grã-Bretanha sequer são colhidos por causa de sua aparência.
O desperdício de alimentos também implica em desperdício de recursos usados para a produção deles, como água, áreas para agricultura e energia, alertou o relatório publicado pela Institution of Mechanical Engineers, uma organização que representa engenheiros mecânicos e reúne cem mil membros no Reino Unido.
Promoções nos supermercados e preferências dos consumidores agravaram o problema
Ofertas nos supermercados
A ONU prevê que até 2075 a população mundial chegue a 9,5 bilhões de pessoas, um acréscimo de 3 bilhões em relação à população atual, o que reforça a necessidade de se adotar uma estratégia para combater o desperdício de alimentos e, assim, tentar evitar o aumento da fome no mundo.
De acordo com o relatório, o equivalente a entre 30% e 50% dos alimentos produzidos no mundo por ano, ou seja, entre 1,2 bilhão e 2 bilhões de toneladas, nunca são ingeridos.
Além disso, nos Estados Unidos e na Europa, metade da comida que é comprada acaba sendo jogada fora.
"A quantidade de comida desperdiçada e perdida no mundo é assombrosa. Isto é comida que poderia alimentar a crescente população mundial além de todos aqueles que atualmente passam fome."
Tim Fox, diretor da Institution of Mechanical Engineers
Tim Fox, diretor de Energia e Meio Ambiente da Institution of Mechanical Engineers, disse que o desperdício é "assombroso". "Isto é comida que poderia alimentar a crescente população mundial além de todos aqueles que atualmente passam fome."
"As razões desta situação variam das técnicas insatisfatórias de engenharia e agricultura à infraestrutura inadequada de transporte e armazenamento, passando pela exigência feita pelos supermercados de que os produtos sejam visualmente perfeitos e pelas promoções de 'compre um, leve outro grátis', que incentivam os consumidores a levar para casa mais do que precisam", disse.
Água
O relatório alertou que atualmente 550 bilhões de metros cúbicos de água estão sendo desperdiçados na produção de alimentos que vão para o lixo.
E o problema pode se agravar. Segundo a Institution of Mechanical Engineers, o consumo de água no mundo chegará a até 13 trilhões de metros cúbicos por ano em 2050 devido ao crescimento da demanda para produção de alimentos.
Isso representa até 3,5 vezes o total de água consumido atualmente pela humanidade e gera o temor de mais escassez do recurso no futuro.
O alto consumo de carne tem grande influência nesse aumento de demanda, visto que a produção de carne exige muito mais água do que a produção de alimentos vegetais.
"À medida que água, terra e energia passam a ser mais disputados devido à demanda da humanidade, os engenheiros tem um papel crucial a desempenhar no sentido de prevenir a perda e o desperdício de alimentos, desenvolvendo formas mais eficientes de produção, transporte e armazenamento", disse Fox.
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El precio oculto de los alimentos, por Miguel Ángel Ortega
En un informe publicado en 2010, la ONU reconoció que la agricultura y los combustibles fósiles son las dos principales amenazas para el medio ambiente de la Tierra. La mayoría de los lectores entenderán rápidamente la alusión a los combustibles fósiles, pero seguramente la calificación de la agricultura como amenaza ambiental planetaria requiere una explicación más detenida.
[Ecoportal.net]
Probablemente, el impacto más obvio de la agricultura sobre la naturaleza es la deforestación de enormes superficies para conseguir tierras de cultivo. Esta práctica es responsable del actual paisaje de grandes extensiones tanto en España como en otros países. El crecimiento de la población mundial conlleva una continua expansión de las tierras agrícolas a costa de ecosistemas de elevada biodiversidad, como es el caso de las selvas tropicales y otros bosques de países en vías de desarrollo. En este sentido, dos de los cultivos más nocivos para la salud del planeta son la soja y la palma de aceite. El aceite extraído de esta palmera es ingrediente de margarinas, cereales, patatas fritas, dulces, jabones, cosméticos, etc. En las etiquetas de los alimentos figura como “grasas o aceites vegetales”.
El comercio de larga distancia aumenta el perjuicio sobre el clima, puesto que incrementa la quema de combustibles fósiles para el transporte de los productos y, con ella, las emisiones de CO2, el principal gas responsable del cambio climático. Éste es uno de los rasgos de la Globalización, y afecta también a la agricultura. Por ello es muy aconsejable comprar alimentos de temporada producidos lo más cerca posible del punto de consumo. Este planteamiento es hoy día un tanto polémico, puesto que en opinión de algunas instituciones perjudica la economía de países en vías de desarrollo agroexportadores. En mi opinión, lo que realmente perjudica a estos países es su especialización en un tipo de agricultura de exportación que conlleva considerables inconvenientes, entre los cuales se pueden citar:
* La concentración de la capacidad inversora y productiva del país en una actividad generadora de bajo nivel añadido y muy expuesta a vaivenes de precios.
* La generación de desequilibrios sociales, pues se trata de agricultura intensiva que requiere grandes superficies, gestionada por empresas agroindustriales y que margina a los pequeños propietarios. Además está destinada más a cubrir la demanda de exportación que la propia demanda interna, por lo cual se llega a dar la paradoja de que algunos países exportadores de alimentos sufren hambrunas periódicamente.
* Su elevado impacto ambiental y alto consumo de recursos naturales, como el agua y la energía.
La dimensión más lesiva social y ambientalmente de la agricultura es la producción no vinculada directamente a la alimentación humana. Aquí entran la producción de “alimentos” para coches (agrocombustibles) y para el ganado. Los agrocombustibles se impulsaron precisamente para sustituir a la gasolina y al gasóleo y así luchar contra el cambio climático. Pero diversos estudios han demostrado que muy a menudo el cultivo de estas plantas, su procesado y transporte consume más energía y produce más emisiones de gases de efecto invernadero (CO2, metano, N2O) que las que se evitan con su quema en los motores de los coches. Además, desde el punto de vista ético, es bastante cuestionable dedicar tierras a “alimentar” coches, cuando hay todavía muchas necesidades alimenticias humanas por satisfacer.
En el caso de los piensos y el forraje para criar el ganado se produce también un uso muy ineficiente de la tierra. Según un estudio citado en la Revista Ambienta (editada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente), mientras para producir un kg de vegetales se requieren 1,7 m2 de superficie, para producir un kg de carne es preciso ocupar unos 7 m2. La importación de alimento para el ganado es un gasto enorme, responsable del déficit del comercio agrícola español. Este es otro aspecto muy desfavorable, puesto que la inmensa mayoría de esas importaciones procede de América, y el transporte implica un plus de contaminación y de efecto invernadero, responsable del cambio climático. Según el citado artículo de la Revista Ambienta, si quisiéramos producir en España la cantidad de piensos y forrajes importados que come nuestro ganado, necesitaríamos dedicar en exclusiva a este fin una superficie equivalente a la de
Navarra.Desde el punto de vista energético es un absurdo puesto que, de nuevo según Ambienta, la energía contenida en los alimentos que consumimos los españoles asciende a 235 Petajulios, pero para producirla se gastan 1.400 (equivalente a casi 239 mil millones de calorías).
Por ello no es de extrañar que la producción de un filete de vacuno de 120 gr para el mercado español genere, en el mejor de los casos, 3,18 kg de CO2, lo cual es comparable a recorrer 22 km con un coche de tipo medio. Y digo “en el mejor de los casos” porque esta cifra surge de suponer que la carne importada no procede de tierras que antes eran bosque, y eso es mucho suponer. En términos energéticos y medioambientales es mucho más eficiente el consumo de vegetales.
Una vez más encontramos un ejemplo de aquello de que “es de necios confundir valor y precio”. En realidad vivimos de prestado, pues una parte del precio real de las cosas lo van a pagar las generaciones futuras, quienes vivirán en un planeta más deteriorado, extremo en lo que al clima se refiere y quienes, por tanto, deberán soportar los costes económicos de esas peores condiciones de vida. Es necesario que seamos muy conscientes de todo esto, porque, en definitiva, nuestra comodidad puede significar la desgracia de otras personas, muchas de las cuales ni siquiera han nacido. Ecoportal.net
Por Miguel Ángel Ortega. Economista y director de la Asociación Reforesta
Asociación Reforesta
www.reforesta.es
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O desperdício de até 40% de alimentos custa caro aos EUA
Os americanos desperdiçam até 40% de sua comida a cada ano, enchendo
aterros sanitários com pelo menos US$ 165 bilhões em
hortifrutigranjeiros e carnes numa época em que centenas de milhões de
pessoas passam fome em todo o mundo, segundo análise divulgada na
terça-feira pelo Conselho de Defesa dos Recursos Naturais (NRDC, na
sigla em inglês). Matéria do Washington Post, em O Estado de S.Paulo.
A análise, uma compilação de estudos e estatísticas, revela que há
desperdício desde a fazenda até o garfo, mesmo agora que a seca ameaça
elevar o preço dos alimentos. Os recursos que o governo dedicou para
identificar onde estão as deficiências e como combatê-las são irrisórios em comparação com os esforços em curso na Europa.
Por enquanto, os preços americanos relativamente baixos facilitam o
desperdício de comida, o que pode explicar a razão porque a família
americana média de quatro pessoas termina jogando no lixo o equivalente a US$ 2.275 em comida todo ano, diz o relatório. Essa tendência
perdulária piorara como tempo e hoje o americano médio desperdiça 10
vezes mais comida do que um consumidor do Sudeste Asiático e 50% mais do que nos anos 70.
“Não surpreende que a comida seja o maior componente do lixo sólido
nos aterros”, disse Dana Gunders, cientista do NRDC que assina o estudo. A frustração dos ambientalistas é que recursos naturais – água, terra e energia – são usados para produzir todo esse alimento não consumido.
“Estamos jogando fora quase a metade da comida que cruza nosso caminho”, disse Gunders. “É dinheiro jogado no ralo.”
A análise cita pontos fracos em cada etapa da cadeia produtiva. Na
fazenda, os plantadores, às vezes, não colhem alimentos em razão dos
preços ruins do mercado, que dificultam a recuperação dos custos.
O mercado também obriga os plantadores a selecionar as plantas que
colhem, removendo alimentos com manchas ou outros defeitos cosméticos. O relatório cita um fazendeiro que estima que 75% dos pepinos que ele
joga fora são comestíveis e uma empresa embaladora de tomate que afirma
poder encher um caminhão de lixo com cerca de 10 mil quilos de tomates
descartados a cada 40 minutos.
Quando bens perecíveis são embarcados de navio, eles também são
rejeitados por distribuidores responsáveis por levá-los ao comércio
local e por bancos de alimentos, que, às vezes, recebem quantidades
maiores do que podem usar.
No entanto, muitos estudos sugerem que a maior parte do desperdício
ocorre nas lojas e casas. O governo estima que supermercados percam US$
15 bilhões por ano só em frutas e legumes não vendidos. O NRDC atribui
parte dessas perdas ao excesso de produtos estocados para impressionar
consumidores.
Em restaurantes, que também sofrem prejuízos com o desperdício de
alimentos, tamanhos de porções que excedem os recomendados pelo governo
desempenham papel importante. Ano passado, associações industriais
lançaram uma iniciativa para ajudá-los a doar mais comida e reduzir os
36 milhões de toneladas de alimentos enviados aos lixões a cada ano.
A Europa, porém, saiu na frente. O Parlamento Europeu adotou uma
resolução que cortará o desperdício pela metade até 2020. Na
Grã-Bretanha, há cinco anos, alguns varejistas já estão usando promoções para desencorajar consumidores a comprar mais do que precisam – do tipo “compre a metade”, em vez da tática de “compre um e leve dois” usada
nos EUA.
Segundo pesquisa do Shelton Group, 39% dos americanos classificaram o desperdício de comida como sua principal “culpa” – bem acima de deixar
as luzes acesas ao sair (27%) ou não reciclar (21%). Suzanne Shelton,
fundadora do grupo, disse que as pessoas têm as melhores intenções ao
encher as sacolas de supermercado, mas a vida acaba interferindo. “Ficamos atolados no trabalho e nos vemos comprando uma pizza na volta
para casa”, disse. “No fim de semana, jogamos fora a comida estragada da geladeira.” / TRADUÇÃO DE CELSO PACIORNIK
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FONTE : www.sosclimaterra.org
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