Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles
Comunicado de prensa
Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles
¡Las plantaciones no son bosques!
Organizaciones de distintos países de América Latina, África y Asia (1) firmaron una Declaración conjunta (2) con motivo del 21 de setiembre, fecha en la que se celebra el Día Internacional de lucha contra los monocultivos de árboles.
“Desde 2006, cada 21 de septiembre levantamos la bandera del Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles, como una manera de romper el círculo de silencio en torno a las violaciones enfrentadas por las comunidades cuyos territorios son invadidos y rodeados por monocultivos forestales industriales – típicamente eucalipto, pino, caucho, acacia y palma aceitera. Estas plantaciones a gran escala requieren un uso importante de agua, agrotóxicos, fertilizantes químicos y energía fósil, y ocupan enormes territorios en los que vivían o de los que dependían numerosas personas”, afirma Winfridus Overbeek, coordinador del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, una de las organizaciones firmantes.
Este año han hecho énfasis en los impactos de las plantaciones de palma aceitera, ya que “son las que se han expandido más rápidamente en las últimas décadas”. Según las organizaciones firmantes, “una serie de tratados de libre comercio eliminó la mayoría de esas protecciones en varios países” , y “la creciente demanda europea de agrocombustibles” son responsables de esta expansión “no sólo en Indonesia y Malasia sino también en países de África y América Latina cercanos al Ecuador, donde las condiciones climáticas son propicias para el crecimiento de la palma aceitera”.
A eso se suman “los actuales intentos de “maquillar de verde” al sector industrial de la palma aceitera y también a otras plantaciones a gran escala con los compromisos de “deforestación cero”. “Pero el interés de las empresas en proteger a los bosques no es por el bienestar de las poblaciones locales o la genuina conservación de los hábitats y especies” sino “por su condición de almacenar carbono y biodiversidad, una fuente potencial de créditos de carbono y biodiversidad que pueden venderse a países y empresas contaminantes” afirman las organizaciones.
Por otro lado, denuncian en su declaración que “el énfasis en la deforestación tiende a prestar menos atención a toda la gama de impactos que causan las plantaciones industriales de palma aceitera en numerosos países, como por ejemplo: destrucción de medios de vida locales y desplazamientos, madereo destructivo y violaciones de los derechos humanos, acceso privilegiado a la tierra para las empresas, no para las comunidades, condiciones de trabajo miserables y el aumento de la criminalización de los movimientos sociales y la oposición local”.
Según estas organizaciones los sistemas de certificación, como la RSPO y nuevos sistemas relacionados”, “intentan ’mejorar’ las plantaciones” manteniendo al mismo tiempo la lógica de expansión ilimitada”. “No hay manera de que los monocultivos de árboles a gran escala sean aceptables, ni para las comunidades locales ni para un mundo que enfrenta una severa crisis con síntomas múltiples, entre ellos el cambio climático, el deterioro económico y ambiental, y el aumento de la militarización y las violaciones de los derechos humanos”, expresan.
Las organizaciones firmantes condenan “el modelo de crecimiento a gran escala orientado a la exportación, que impulsa la expansión de la palma aceitera en todo el mundo”. “Con sus proyectos de expandirse cada vez más, el sector palmícola, lejos de ofrecer una solución real al cambio climático, continuará contribuyendo a la alteración del clima. Los más afectados serán los pueblos de los bosques y las comunidades campesinas, que verán cómo el avance de las plantaciones de palma aceitera les restringirá cada vez más el acceso a sus tierras y bosques.”
“En los países donde las plantaciones industriales de palma aceitera ocupan grandes extensiones de tierra, los gobiernos deberían dar prioridad absoluta a las demandas de las comunidades, apoyar su control sobre las tierras y los bosques de los que dependen, en lugar de adoptar políticas que faciliten la entrega de esos territorios a empresas transnacionales”, exclaman las organizaciones.
La declaración finaliza exhortando a los gobiernos a “invertir en la producción local diversificada de alimentos y en la soberanía alimentaria, como la mejor forma de apoyar a las comunidades y también a las economías locales y nacionales, a la vez de promover una mayor justicia social y ambiental”.
Notas:
1.- Acción Ecológica, Ecuador; Brainforest, Gabon; CALG – Coalition against Land Grabbing, Philippines; Censat Agua Viva, Colombia; Centre pour l’Environnement et le Développement – CED, Cameroon; COECOCEIBA – Amigos de la Tierra Costa Rica; Colectivo de Reservas Campesinas y Comunitarias de Santander, Colombia; Consumers’ Association of Penang, Malaysia; ERA/FoE Nigeria; FASE/ES, Brasil; Friends of the Earth International; Fundaexpresión, Colombia; GRAIN; JA! / FOE Moçambique; Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA; Organización Ambiental Chinampa, Colombia; Organización Fraternal Negra Hondureña – OFRANEH, Honduras ; Otros Mundos, México; People Common Struggle Centre – PCSC, Pakistan; Red latinoamericana contra los monocultivos de árboles – RECOMA; Sahabat Alam Malaysia / FOE Malaysia; SAVIA, Guatemala; Sawit Watch, Indonesia; School of Democratic Economics – SDE, Indonesia; Third World Network, Malaysia; World Rainforest Movement – WRM.
2.- El texto completo de la declaración puede leerse en: http://wrm.org.uy/es/acciones-y-campanas/declaracion-internacional-21-setiembre-2015
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